Cada 26 de enero, los dominicanos recordamos el nacimiento de uno de los hombres nacido en esta media isla, con una visión amplia para su época.
Cada año las autoridades de turno y varias instituciones se preparan para recordar el nacimiento del “Padre de la Patria” Juan Pablo Duarte (1813-1876), aunque reconociendo que cada año se realizan en menor cantidad y además con menos interés.
Esto último es muy lamentable, pero es así, este poco interés, no solo en un sector determinado de la sociedad, es de manera generalizada, es el reflejo de la sociedad dominicana en la que por años ha venido en una ascendente descomposición, desde la mayoría de sus instituciones, hasta la propina familia, siendo esta última una verdadera fábrica de jóvenes que se han convertido en “fuertes dolores de cabeza”.
Han transcurrido 210 años desde que nuestro ilustre visionario Juan Pablo Duarte naciera en esta tierra caribeña del Continente Americano, donde gracias a la buena posición económica familiar tuvo la oportunidad de obtener una excelente formación académica, estudios y preparación en diferentes renglones del saber en varios países, lo que despierta la inquietud en el joven Juan, del por qué su país no podría ser igual a lo que veía en otros.
Nuestro Patricio fué un “romántico soñador“, el cuál luchó junto a otros buenos hombres, amantes de la libertad y temerosos de la justicia divina, que dieron sus vidas solo por ver realizados sus sueños y que los nacidos en esta tierra “tuvieran identidad propia”, que no fueran pisoteados por extranjero alguno y más en nuestra propia tierra.
En la actualidad, no podemos decir que esos ideales y luchas fueron en su totalidad en vano, jamás! pero si creo necesario cuestionar el comportamiento de algunos ciudadanos que han tenido la oportunidad de administrar y estar al frente de entidades importantes del Estado Dominicano, y su manejo ha dado mucho que pensar, a tal punto de cuestionar si son enemigos o amigos de la patria.
La actual descomposición social por la que atraviesa nuestro país no es culpa solamente de un gobierno de turno, su función es solo la creación de “Políticas Sociales” que vayan en beneficio de la colectividad, la mayoría de los ciudadanos se enfocan en las autoridades, pero no se toman en cuenta ellos mismos.
Es penoso que tomando como excusas la “modernidad” y la “libertad“, los mal llamados “cabeza de familia” no tengan ningún control ante sus hijos en su mayoría adolescentes, que en el caso de los varones toman las calles a temprana edad, siendo luego los causantes de los peores hechos que podamos imaginar y en el caso de las niñas del hogar, antes del proceso de formación biológica, son las primeras en las fiestas nocturnas callejeras en los llamados “Teteos”.
No me imagino a Juan Pablo Duarte ante este panorama y otros más que dan “vergüenza ajena“, dónde en gran parte del núcleo social de este país está “podrido“, teniendo que ver a diario en las noticias los jovencitos sin vida tirados en las calles, producto de la delincuencia y los hospitales llenos de niñas y adolescentes embarazadas y los que corren con mayor suerte se encuentran en la cárceles, teniendo el 76 % de su población penitenciaria ocupada por jóvenes segun el ultimo censo, mientras aquella madre y padre pidiendo “justicia” cuando le matan al hijo y le embarazan a la hija hasta al presidente de la república.
Como padres somos responsables en gran medida del desenlace en la vida de nuestros hijos, pero también la propia sociedad, una sociedad que no cuenta con verdaderas regulaciones que impida ese “bombardeo” de basura que consumen la mayoría de nuestros jóvenes, desde vender la ilusión del dinero fácil, hasta de hacerles creer que no necesitan formación y estudios para el progreso económico y social.
Desde la Televisión, las Estaciones de Radio, las Redes Sociales y las grandes compañías y Marcas, lo que promocionan y venden es la idea de que las jóvenes solo tienen que tener grandes nalgas y saberlas mover para ser famosas y adquirir mucho dinero, es lo que le venden a nuestra juventud, nada de ideales, de preparación, formación familiar, buenas costumbres, en fin, al parecer el modernismo y la libertad la han convertido en “libertinaje“.
Es necesario hacer un alto en nuestras vidas y pensar un poco en esos ejemplos de nuestros hombres y mujeres que anteponian las buenas costumbres y los buenos valores, que eran verdaderos patriotas, que trabajaron para que nuestro país sea un lugar organizado, con leyes que se funcionen y que se practiquen sin importar el estatus social del individuo, si logramos poner orden en nuestros hogares, no tendremos delincuentes en las calles, no tendremos tantas niñas pariendo niños sin ninguna garantía de futuro y les aseguro que aquellas luchas de nuestros padres de la patria, no habrá sido en vano.