Barranquilla ya suena a jazz: Barranquijazz 2024 levantó el telón
La edición 28 de Barranquijazz abrió su telón en el corazón de la ciudad, y como un río sonoro, desbordó por las calles la magia de las notas improvisadas, los diálogos sutiles entre instrumentos y el alma viva del jazz.
En la noche del jueves el Teatro José, el maestro de ceremonias, Juan Carlos Buggy, con su verbo ágil, fue el encargado de abrir la velada, recordándonos que Barranquijazz no es solo un festival, porque desde hace 28 años septiembre, Barranquilla se convierte en el hogar de los sonidos del mundo.
“Este año el festival tiene algo para cada oído”, dijo Buggy. Y sus palabras se convirtieron en algo más que una simple promesa, lo que estaba por llegar: fue un intenso recorrido por el jazz clásico norteamericano, el experimental, lo europeo y, como protagonista indiscutible, las fusiones que acarician las raíces de nuestra música colombiana. “Aquí se disfruta con el alma”, concluyó.
El primero en adueñarse de la noche fue el Convergence Trio, liderado por el pianista Eugene Uman. Su conexión con Colombia va más allá de lo meramente musical; su alma resuena con los ritmos de nuestra tierra, influenciada por los años que vivió en Medellín y su estrecho lazo familiar con el país. Junto a Cameron Brown en el contrabajo y Brian Shankar Adler en la batería, Uman llevó al público por un viaje que comenzó con House of Rhythm, una pieza cargada de matices y profundidad.
Uman tomó la palabra: “me siento en casa”, dijo, evocando una sensación que, según él, Barranquilla y Vermont comparten, con su gente cálida y paisajes montañosos que, en su mente, parecen abrazarse en un mismo verde. Las montañas verdes, una composición que rinde homenaje a esa dualidad de paisajes y sentimientos, resonó con la fuerza de una conexión auténtica entre dos mundos.
El festival es posible gracias al apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, a través del Programa Nacional de Concertación Cultural, la Alcaldía de Barranquilla, su Secretaría de Cultura y Patrimonio, y la Gobernación del Atlántico y su Secretaría de Cultura. Este respaldo, junto a la colaboración de patrocinadores como el grupo Argos, asegura que Barranquijazz siga siendo un faro cultural que ilumina el Caribe colombiano.
El cierre con sabor Caribe
Luego el turno fue para Sinujazz Ensamble, y con ellos, el Caribe irrumpió en el escenario. Dirigidos por Rodin Caraballo, los monterianos ofrecieron una mezcla tan poderosa como auténtica: el porro y el jazz danzaron juntos, abrazando al público en una experiencia sonora que trascendió lo que podríamos esperar de un concierto.
Con Jerson Rivera Zumaqué al saxofón, heredero del legado musical de Francisco Zumaqué, y Juan Carlos Jiménez en el bombardino, la banda dejó que las raíces de Córdoba florecieran en cada nota. Pero esto no fue solo una mirada al pasado; el Sinujazz Ensamble fusionó lo tradicional con lo contemporáneo, llevando el porro y el fandango a terrenos donde el jazz, el rock y hasta la música electrónica convergen en un abrazo inesperado.
“El mundo estaba esperando por la magia de una banda como esta. Fue muy chévere ver a tanta gente disfrutar con tan magnífica música. Fue un placer escuchar a los invitados especiales de esta inauguración”, señaló Hernando ‘el cachaco’ Correa.
Barranquilla ya suena a jazz, ese lenguaje universal que ya encontró en el Caribe un nuevo hogar, uno que sabe acogerlo y hacerlo suyo. Así fue la primera noche de un Barranquijazz que promete mucho más.